ETNIAS DE URUGUAY: AFRODESCENDIENTES DEL URUGUAY






El negro étnico en realidad está compuesto de varias etnias de orígen africano. El fenómeno de la identidad afro es en realidad un producto o consecuencia de los movimientos anticoloniales del siglo XX, si bien tiene sus raíces en el movimiento anti-esclavista del siglo XIX. Antes de eso simplemente los individuos originarios de África y trasplantados por la fuerza a América sobre todo se identificaban con sus naciones de procedencia. Su nueva identidad se elaboró como reacción frente a una realidad que los relegaba como casta degradada o ciudadano de segunda categoría en sociedades dominadas por una mayoría cultural "blanca".
 En el Uruguay la raíz del elemento negro o afro hay que buscarlo, claro está, en la población importada como mano de obra esclava por los colonizadores españoles. Si bien cuando se funda Montevideo en 1726 no había negros en el núcleo original de 131 pobladores, no hay que olvidar la importancia que la Colonia do Sacramento había adquirido desde su fundación en 1680 por los portugueses como centro negrero. No obstante se cita el año 1743 como inicio de la introducción regular de esclavos vía Montevideo. La mayoría de ellos eran "ladinos" (es decir, negros bautizados y aculturados) traídos del Brasil por comerciantes portugueses.
 La población negra esclava en el Uruguay fué reducida en comparación a la de Brasil o Argentina. Y eso a pesar de que el Edicto Real del 28 de febrero de 1791 declaró a Montevideo único puerto de entrada de negros destinados al Río de la Plata y el Perú. Como sea a los negros se los destinaba sobre todo a actividades domésticas en las casas de los "patricios" o como aguateros (también la construcción o eran empleados en pequeñas industrias como la pastelería). La razón era que la principal actividad económica regional, la ganadería, exigía escasa mano de obra. Por esa causa los datos estadísticos que se poseen, citados por autores como Martínez Montero, Pereda Valdes y Rosenblatt, cifran hasta 1803 en un 19% para Montevideo y 26 % en toda la Banda Oriental la presencia de negros y libertos entre el total de la población. Algunos enfoques modernos han cambiado un tanto la imágen que hemos expuesto sobre el destino "doméstico" de los negros esclavos rioplatenses, y revalorizan su importancia como mano de obra fundamental en los establecimientos rurales patricios.
 La casta de los libertos se nutría no sólo de esclavos liberados sino también de mulatos (hijos de esclavas con sus patrones "blancos"), fenómeno nada infrecuente en el Río de la Plata y que introduce el fenotipo afro en una proporción importante dentro de la población "blanca" local.
 No obstante la población negra en Uruguay sigue una curva dramáticamente descendente. Para 1853, cuando se produce el fin del proceso abolicionista iniciado en 1813, la población negra y mulata sólo llega al 19 % del total. La mortandad debido a la utilización de los negros como reclutas militares en las guerras de la independencia y civiles, la absorción dentro de estructuras "blancas" (asimilación cultural y biológica) y el incremento de la inmigración europea explican este fenómeno. Rosenblatt estima que para 1954 la población total de mulatos y negros desciende al 2.3% del total (0.32 % son negros étnicos).  El trasvase de población negra a lo cinturones de ciudad contribuye a su asimilación dentro de contextos sociales marginales e híbridos: barrio Reus del Sur, en la calle Caracas (Barrio Buceo de Montevideo), Durazno, Melo, Artigas y Rivera. Estas concentraciones obedecen a la zona de procedencia de los contingentes negros uruguayos: tropas rurales en Montevideo y Durazno, y población afro-brasileña afincada en la frontera.
De hecho la población afrodescendiente en Artigas, Rivera, Montevideo y Rocha oscila entre el 15 y el 25%, siendo menor a este promedio en el resto del país. Proporcionalmente es más alto el promedio de afrodescendientes al norte del río Negro que al sur del mismo.
 Respecto al orígen étnico-racial de la población negra uruguaya realmente los investigadores no se ponen de acuerdo. Al parecer la mayoría proceden de Angola y Mozambique y una minoría de la región guineano-sudanesa. Según estos datos la mayoría sería de filiación bantú, pero al parecer el componente étnico Koisan (hotentote-bosquimano) es muy importante. En cambio el tipo sudanés, estilizado y muy apreciado por los esclavistas, sería más bien escaso. Pereda Valdes, basado en documentos oficiales de 1834, ha señalado la presencia de numerosas "salas" (centros de reunión) pertenecientes a las "naciones" congo (con "salas" para las seis provincias de Gunga, Guanda Angola, Muyolo, Basundi y Boima), angola (Benguela, Lubolo, Ambunda) y guineano-sudanesa (Min-nago o yoruba, Mina-carabori y Mina-mahyis).
 Respecto a la cultura afrouruguaya existen múltiples discusiones. Al parecer su elaboración es un producto más bien autóctono donde las pretendidas raíces culturales africanas exclusivas deben ser relativizadas. La aculturación de los negros desarraigados en esta parte del continente tuvo como efecto un subproducto marginal que sólo vagamente recordaba sus raíces. De hecho el "candombe" entró en decadencia y hasta se dejó de practicar en 1890. Luego sería revivido como emblema de la cultura nacional afro-uruguaya.
  Desde el momento mismo de la independencia y apelando a las comunidades mayoritarias antes mencionadas los afrodescendientes uruguayos desarrollaron una particular cultura. La consciencia de pertenecer a un grupo con características culturales propias lo convierte en uno de los tipos étnicos más compactos del continente americano. Según el Instituto Nacional de Estadística la comunidad afro-u costituye el 5,6 % del total de la población. No obstante se estima que entre un 9 y un 12 % del total sería afro-descendiente.
Estudios recientes basados en los datos de la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada 2006 realizados por el Instituto Nacional de Estadísticas (a cargo de su directora Alicia Melgart) con apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, un 9,1% de la población se reconoce como afrodescendiente y un 2,9% como indígena. Los estudios sobre la ascendencia africana han logrado establecer en un 6% el promedio nacional de la misma, con valores bastante homogéneos por regiones: 15% en Tacuarembó, 10% en Cerro Largo y 7% en Montevideo. La mayoría es de ascendencia africana por línea materna, ya que la presencia de patrilinajes africanos es de 1% a nivel nacional. En este caso Montevideo presenta un alto porcentaje: entre 4 y 10%. En Tacuarembó se estableció un promedio de 8% de patrilinajes africanos.
La comunidad afro-u ascendería a unas 350.000 personas. Cifras del año 2010 señalan que la colectividad negra en Uruguay dista mucho de estar integrada equitativamente o en condiciones de igualdad con el sector predominante autodefinido como "blanco".
La conciencia étnica de los colectivos afodescendientes uruguayos ha dado origen a varias entidades que militan en pro de la salvaguardia de la cultura negra local: Asamblea Afrodescendiente, UAFRO, Asociación Afro-Iberoamericana, Grupo de Varones Afrodescendientes, UBUNTU, Asociación Mundo Afro, Agrupación Salvador Beterbide, Grupo de Mujeres Afrodescendientes, Atabaque, Centro Umbandista Reino da Mata.

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CRÉDITOS DE IMÁGENES Y FUENTES:




http://www5.ine.gub.uy/censos2011/resultadosfinales/mapastematicos/index.html


(Fuente: ENHA 2006)






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